EL PAPADO
Verdaderamente resulta complicado hacer una reseña (no tengo otra pretensión) del origen e historia del papado. No son pocas las ocasiones en que diversas facciones o grupos cristianos han justificado “su verdad” dentro de la misma fuente; la Biblia, y a la hora de aceptar o no al Papa de Roma la primacía universal sobre toda la cristiandad, nos encontraremos con que en ambos supuestos se recurre a la interpretación bíblica. Por estas razones, he decidido dejar de lado los aspectos bíblicos, ya que estos deberían ser objeto de un análisis más pormenorizado que aquí, hoy, no tiene cabida.
He preferido buscar en las fuentes de la historia, que me parecen más fiables y desprovistas de dogmas que en la mayoría de las ocasiones solo han sido creados por el hombre. No puedo ponerme a discutir dogmas de fe (Dios me libre), pero si puedo exponerles modestamente una serie de hechos que me parecen veraces y libres de cuestiones interpretativas.
La Iglesia católica Romana sostiene que el apóstol Pedro fue el primer papa porque Jesucristo le dio el derecho al primado y delegación papal en virtud de las palabras que le dijo a una pregunta suya: “¿Y vosotros quien decís que soy yo?”, a lo que Pedro contestó: “Tu eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”, y Jesús le respondió: “Bienaventurado eres, Simón, porque esto no te lo ha enseñado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos, por eso te digo; Tu eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.
En esta frase es donde se apoya la Iglesia Católica Romana para determinar que Pedro fue el primer papa, pero también los que no lo comparten. Según los primeros, identifica a Pedro con la roca y según los segundos, la Roca solo puede ser Dios y no un hombre, aunque fuera contemporáneo de Jesús. No entraré en tales disquisiciones, no sabría expresarles todos los argumentos en uno y otro sentido, aunque desde luego tengo mi opinión después de haber “bebido” todos los textos que han llegado a mis manos.
Si a dichas frases unimos la (por otros) cuestionada presencia del Apóstol en Roma, ya tenemos la piedra angular según la cual los Obispos de Roma justifican la preeminencia de la ciudad sobre todas las demás Iglesias.
A finales del siglo apostólico las Iglesias eran independientes entre sí, y era gobernada cada una de ellas por una junta de pastores, y entre ellos se le daba prioridad a uno. Posteriormente se le dio el título de obispo y a otros se les llamó presbíteros. La jurisdicción de los obispos cada día se hizo más grande.
No es hasta finales del siglo III que un obispo de Roma (Silvestre I /254-257) apela a la promesa de Pedro, y lo hizo en una disputa con otras iglesias sobre cual tenía la mejor tradición. No tuvo más éxito que Víctor I (186-189 ó 197-201) 50 años antes cuando intentó forzar autoritariamente una fecha uniforme romana para la Pascua sin respetar la independencia de las demás Iglesias. Tanto los obispos de Oriente como Occidente le pusieron en su sitio y seguían sin reconocer la soberanía de una Iglesia sobre otra.
A finales del siglo IV las iglesias y los obispos del cristianismo habían llegado a ser dominados desde cinco grandes centros: Roma, Constantinopla, Antioquía, Jerusalén y Alejandría, cuyos obispos habían llegado a ser llamados “Patriarcas”, de igual autoridad entre sí y teniendo cada uno pleno dominio en su provincia. Existía el obispo de Roma, pero nunca con primacía sobre los demás; en resumidas cuentas, no existía el papado universal, que por cierto tampoco es nombrado en texto sagrado ni hace referencia a la preeminencia de Roma ni a la sucesión de Pedro.
El papado y su poder espiritual no corresponden a las primeras comunidades cristianas, más bien son fruto de una evolución histórica y por lo tanto constituida poco a poco en el curso de la propia vida de la Iglesia y desde luego sin abstraerse de los acontecimientos político-históricos del transcurrir de los tiempos.
Durante los primeros 280 años, el cristianismo estaba prohibido y fue ferozmente perseguido, siendo no pocos los que sufrieron martirio y muerte por no renunciar a sus creencias.
Esto cambió después de la “conversión” de Constantino I el Grande, quien “legalizó” el cristianismo en el Edicto de Milán del año 313. Por lo tanto, si queremos buscar los orígenes del papado debemos fijarnos en el siglo IV, momento en el que el cristianismo entró en contacto con las estructuras de poder del Imperio Romano, contagiándose de las estrategias de éste.
Si este cambio en el desarrollo del cristianismo pudiera ser positivo para la Iglesia, el resultado posiblemente no lo fuera tanto. Igual que Constantino se negó a adoptar de lleno la fe cristiana y continúo con muchas de sus creencias y prácticas paganas, también la Iglesia cristiana que el Emperador promovió era una mezcla de verdadero cristianismo con el paganismo romano, y ya de paso, romanizo y “desjudaizó” ésta. Constantino permitió y promovió la “cristianización” de creencias paganas, y algunas de éstas, totalmente anti bíblicas, dieron nuevas identidades al cristianismo, y ejemplos hay muchos y claros.
Para ese tiempo, estaba perfectamente claro quien tenía la primacía legal en la Iglesia: el Emperador. Él era el Pontífice Máximo (Título Romano) y tenía el monopolio de la legislación en asuntos eclesiásticos. Era la autoridad suprema judicial y administrativa, y fue el Emperador quien incorporó la Iglesia católica al Estado. Sin consultar a nadie y en base a su suprema autoridad, él y nadie más, convocó el Primer Concilio Ecuménico en Nicea, y allí asentó leyes eclesiásticas.
Incidimos en que el papado romano no se edificó en un día, pero a partir del momento histórico descrito, los Obispos de Roma de los siglos IV y V son conscientes del poder que disfrutan por la proximidad al Emperador y desarrollan todos sus actos encaminándolos hacía la primacía universal que pretendían.
La supremacía del obispo romano fue creada con la ayuda de los Emperadores Romanos, ya que siendo la ciudad el centro de gobierno del Imperio y mientras los Emperadores vivían en ella, Roma se levantó como preeminente en todas las facetas de la vida. Constantino y sus sucesores dieron su apoyo al Obispo de Roma como supremo gobernante de la Iglesia por puro interés político, ya que la unidad de poder y religiosa era conveniente que estuviera centralizada. Por estos motivos, la idea de la universalidad del Obispo de Roma fue de crecimiento lento y combatida denodadamente a cada paso por gran parte del mismo cristianismo, siendo muchos los Obispos que se resistieron a ella. San Agustín, (también Agustín de Hipona o Aurelius Agustinus) (354-430), el más importante teólogo de occidente, no daba valor a la primacía universal del obispo de Roma.
En el Concilio de Constantinopla (381), una de las medidas tomadas fue la de delimitar las provincias eclesiásticas, prohibiendo a cada una de ellas interferir en los asuntos de otra. También, se declaró Constantinopla como la “nueva Roma”.
Todos los cismas y las divisiones del cristianismo han sido creadas, prácticamente, por la disconformidad de muchas Iglesias con respecto a la supremacía del Obispo de Roma, pero de eso ya hablaremos en otro artículo cuando demos una somera explicación de que diferencia a las diferentes Iglesias cristianas.
A continuación os muestro una tabla con los nombres de los diferentes papas en la que reseñaremos unos datos históricos relativos a cada uno de ellos que arrojarán luz acerca de cuan humanos han sido, con lo que conlleva de santidad o de reproche. Han existido Papas buenos y Santos, pero también tenemos la historia del papado jalonada de seres viles y despreciables, totalmente amorales e indignos de la pretensión de representar a Cristo y su mensaje. Pensar que dichos sujetos han sido elegidos papas en una “sucesión apostólica” de inspiración divina, es motivo más que suficiente para comprender el motivo por el que el cristianismo está tan dividido.
LOS PAPAS
NOTAS BREVES
LAS INDULGENCIAS
Según el catecismo, la Indulgencia es la remisión de la pena
temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a su culpa, que un fiel
dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la
Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con
autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los Santos.
LOS ESTADOS PONTIFICIOS
ESTADO DEL VATICANO
PERIODO
|
NOMBRE
|
OBSERVACIONES
|
42-67
|
San
Pedro
|
Considerado
primer papa. MARTIR
|
67-78
|
S. Lino
|
MARTIR
|
78-91
|
S. Anacleto/Cleto
|
MARTIR
|
91-100
|
S.
Clemente I
|
MARTIR
|
100-109
|
S.
Evaristo
|
MARTIR
|
109-119
|
S.
Alejandro I
|
MARTIR
|
119-127
|
San
Sixto I
|
MARTIR
|
127-139
|
San
Telesforo
|
MARTIR
|
139-142
|
San
Higinio
|
MARTIR
|
142-157
|
San
Pio I
|
MARTIR
|
157-168
|
San
Aniceto
|
MARTIR
|
168-177
|
San
Sotero
|
MARTIR
|
177-192
|
San
Eleuterio
|
MARTIR
|
Esta relación ha llegado a
través de una lista publicada por San Ireneo en una obra suya (Contra las herejías) publicada
alrededor del año 180.
| ||
192-201
|
S.
Víctor I
|
MARTIR
|
202-218
|
S.
Ceferino
|
MARTIR
|
218-222
|
S.
Calixto I
|
MARTIR
|
223-230
|
S.
Urbano I
|
MARTIR
|
230-235
|
S.
Ponciano
|
MARTIR
|
235-236
|
S.
Antero
|
MARTIR
|
236-250
|
S.
Fabián
|
MARTIR
|
251-250
|
S.
Cornelio
|
MARTIR
|
251-268
|
Novaciano
|
ANTIPAPA
(Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
253-254
|
S.
Lucio I
|
MARTIR
|
254-257
|
S.
Esteban I
|
MARTIR
|
257-258
|
S.
Sixto II
|
MARTIR
|
259-268
|
S.
Dionisio
|
MARTIR
|
269-274
|
S.
Félix
|
MARTIR
|
275-283
|
S.
Eutiquiano
|
MARTIR
|
283-296
|
S.
Cayo
|
MARTIR
|
296-304
|
S.
Marcelino
|
Injustamente
declarado apóstata y expulsado. Fue MARTIR en tiempos de la persecución de
Diocleciano.
|
307-309
|
S.
Marcelo
|
MARTIR
|
310-311
|
S.
Eusebio
|
Desterrado
por el Emperador Majencio. MARTIR
|
311-313
|
S.
Melquiades
|
MARTIR
|
En el
año 313 se promulga el Edicto de Milán por el cual el cristianismo es
permitido; terminan las persecuciones. Según la tradición, se considera
mártires a todos los Obispos de Roma anteriores a la publicación del Edicto. Muchos
son los cambios que se producen a partir del contacto con el poder.
PERIODO
|
NOMBRE
|
OBSERVACIONES
|
313-335
|
S. Silvestre
| |
336-336
|
S. Marcos
| |
337-352
|
S. Julio I
| |
352-366
|
Liberio
| |
355-365
|
Félix II
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
366-384
|
S. Dámaso I
|
Hijo de sacerdote
|
366-367
|
Ursino
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
385-398
|
S. Siriceo
| |
399-401
|
S. Anastasio I
|
Padre del siguiente papa (Inocencio I)
|
401-417
|
S. Inocencio I
|
Hijo del papa anterior.
|
417-418
|
S. Zósimo
| |
418-422
|
S. Bonifacio I
| |
418-419
|
Eulalio
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
422-432
|
S. Celestino
| |
432-440
|
S. Sixto III
| |
440-461
|
S. León I Magno
| |
461-468
|
S. Hilario
| |
468-483
|
S. Simplicio
| |
483-492
|
S. Félix III
|
Hijo de Sacerdote. Tuvo 2 hijos y es ancestro de 2 papas,
|
492-496
|
S. Gelasio I
| |
496-498
|
S. Anastasio II
|
Hijo de sacerdote
|
498-514
|
S. Simaco
| |
498-505
|
Lorenzo
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
514-523
|
S. Hormisdas
|
Padre de un futuro papa (Silverio I). Hombre muy rico
|
523-526
|
S. Juan I
| |
526-530
|
S. Félix IV
| |
530-532
|
S. Bonifacio II
| |
530-533
|
Dioscoro
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
533-535
|
S. Juan II
| |
535-536
|
S. Agapito I
|
Nieto del papa Félix III
|
536-537
|
Silverio
|
Hijo del papa Hormisdas. Fue destronado
|
537-555
|
Virgilio
| |
555-561
|
Pelagio I
| |
561-574
|
Juan III
| |
574-578
|
Benedicto I
| |
578-590
|
S. Pelagio II
| |
590-604
|
S. Gregorio I
| |
604-606
|
Sabiniano
| |
607-608
|
S. Bonifacio III
| |
608-615
|
S. Bonifacio IV
| |
615-618
|
S. Deodato
| |
618-625
|
Bonifacio V
| |
625-638
|
Honorio I
| |
640-640
|
Severino
| |
640-642
|
Juan IV
| |
642-649
|
Teodoro I
|
Hijo de Obispo
|
649-655
|
S. Martín I
|
Juzgado y depuesto. Flagelado y deportado
|
655-657
|
S. Eugenio I
| |
657-672
|
S. Vitalino
| |
672-676
|
S. Deodato II
| |
676-678
|
Dono I
| |
678-681
|
S. Agatón
| |
682-683
|
S. León II
| |
684-684
|
S. Benedicto II
| |
685-686
|
S. Juan V
| |
686-687
|
Conon
| |
687-687
|
Teodoro
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
687-692
|
Pascual
|
ANTIPAPA (Ver Nota en epígrafe “Antipapas”)
|
687-701
|
S. Sergio I
| |
701-705
|
Juan VI
| |
705-707
|
Juan VII
| |
708-708
|
Sisinio
| |
708-715
|
Constantino
| |
715-731
|
S. Gregorio II
| |
731-741
|
S. Gregorio III
| |
741-752
|
S. Zacarías
| |
752-752
|
Esteban II
|
Falleció sin ser consagrado
|
752-757
|
Esteban III (II)
| |
757-767
|
S. Paulo I
| |
768-772
|
Esteban IV (III)
| |
772-795
|
Adriano I
| |
795-816
|
S. León III
| |
816-817
|
S. Esteban V (IV)
| |
817-824
|
S. Pascual I
| |
824-827
|
Eugenio II
| |
827-827
|
Valentín
| |
827-844
|
Gregorio IV
| |
844-847
|
Sergio II
| |
847-855
|
S. León IV
|
Entronado a la fuerza y en contra de su voluntad
|
855-858
|
Benedicto III
| |
COMIENZA LO QUE SE
HA DADO EN LLAMAR “PERIODO NEGRO DEL PAPADO”
| ||
858-867
|
S. Nicolás I
| |
867-872
|
Adriano II
|
Casado. Oculta a su esposa e hija en el Palacio de Letrán.
Posteriormente son raptadas y asesinadas.
|
872-882
|
Juan VII
|
Apresado por su guardia, azotado y asesinado con un
martillo
|
882-884
|
Marino I
| |
884-885
|
S. Adriano III
|
Asesinado
|
885-891
|
Esteban VI (V)
|
Depuesto por Formoso
|
891-896
|
Formoso
|
Un sucesor suyo (Esteban VI), a instancias de Lamberto de
Spoletto (Rey de Italia y Emperador carolingio) manda desenterrar su cadáver,
vestirlo con ornamentos papales y someterlo a juicio. Declarado culpable es
despojado de vestiduras y se le arrancan los dedos con que impartía las bendiciones.
Se anulan todas las decisiones de su pontificado y se arroja su cadáver al
Tiber.
|
896-896
|
Bonifacio VI
| |
896-897
|
Esteban VII (VI)
|
Estrangulado y asesinado por la muchedumbre
|
897-897
|
Romano
| |
897-898
|
Teodoro II
| |
898-900
|
Juan IV
| |
900-903
|
Benedicto IV
| |
903-903
|
León V
|
Asesinado en prisión
|
903-904
|
Cristóbal
| |
COMIENZA LO QUE SE
HA DADO EN LLAMAR “PERIODO DE LAS RAMERAS”, O “DE LOS FORNICADORES”, O
“PORNOPAPADO”
| ||
904-911
|
Sergio III
|
Amante de la famosa Marozia. Ésta y su madre (Teodora),
llenaron la silla papal de amantes e hijos bastardos.
|
911-913
|
Anastasio III
|
Nombrado por Teofilacto I (Senador) y su esposa Teodora
|
913-914
|
Landon
|
Igual que el anterior
|
914-928
|
Juan X
|
Igual que los anteriores. Primero en ponerse al frente de
un ejército. Hizo valer su poder ante la nobleza.
|
928-929
|
León VI
|
Breve pontificado. Muere asesinado por orden de Marozia
|
929-931
|
Esteban VIII(VII)
|
Papa elegido por Alberico II, hijo de Marozia
|
931-936
|
Juan XI
|
Hijo ilegítimo de Marozia y el papa Sergio III
|
936-939
|
Esteban IX (VIII)
|
Papa elegido por Alberico II, hijo de Marozia
|
942-946
|
Marino II
|
Papa elegido por Alberico II, hijo de Marozia
|
946-955
|
Agapito II
|
Papa elegido por Alberico II, hijo de Marozia
|
955-964
|
Juan XII
|
Muere por paliza recibida por parte del marido de su
amante
|
963-965
|
León VIII
|
ANTIPAPA
|
FINALIZA EL PERIODO
MENCIONADO ANTERIORMENTE
| ||
964-965
|
Benedicto V
|
Depuesto por el Emperador Otón I y exilado.
|
965-972
|
Juan XIII
|
Sobrino de Marozia impuesto por Otón I.
|
973-974
|
Benedicto VI
|
Propuesto por Otón I, a la muerte de éste, Crescencio I
promueve un motín y lo encarcela. Nombran a Bonifacio VII, quien lo encarcela
y manda estrangular.
|
974-974
|
Bonifacio VII
|
Nombrado por primera vez. Sicco de
Spoletto llega a Roma como enviado del nuevo Emperador Otón II. El papa huye
a Constantinopla, donde se lleva parte del tesoro del Vaticano.
|
974-983
|
Benedicto VII
|
Propuesto por Otón II. Prohíbe la simonía (compra de
cargos eclesiásticos)
|
983-984
|
Juan XIV
|
Al fallecer el Emperador, Bonifacio VII aprovecha, llega a
Roma y lo encarcela en el castillo de Sant´Angelo, donde muere por inanición
o envenenado.
|
983-984
|
Bonifacio VII
|
Nombrado por segunda vez Asesino de dos papas. Murió
asesinado y su cadáver fue mutilado y arrastrado por las calles de Roma,
siendo depositado a los pies de la estatua de Constantino.
|
985-996
|
Juan XV
|
Hijo de sacerdote
|
996-999
|
Gregorio V
| |
999-1003
|
Silvestre II
|
Posible falsificador de las donaciones de Constantino
|
1003-1003
|
Juan XVII
|
Abdica y muere siendo monje. Estuvo casado antes de tomar
las órdenes y tuvo 3 hijos obispos.
|
1004-1009
|
Juan XVIII
| |
1009-1012
|
Sergio IV
| |
1012-1024
|
Benedicto VIII
| |
1012-1012
|
Gregorio
|
ANTIPAPA
|
1024-1033
|
Juan XIX
|
Sucesor de Benedicto VII (eran hermanos). Era Cónsul y
Senador laico. Para poder ser nombrado papa (mediante soborno), en un solo
día recibió todas las órdenes sagradas hasta obispo. Practicó la simonía como
norma de su pontificado.
|
1033-1044
|
Benedicto IX
|
Hecho papa a los 14 años (lo fue tres veces). Su padre,
Alberico III, compró a la Curia para su nombramiento. Depuesto por un capitán
romano.
|
1045-1045
|
Silvestre III
|
Nombrado mediante pago por la familia de los Crescencios.
Benedicto IX lo declara antipapa y lo depone. Se le retira la dignidad de
obispo y recluye en un monasterio.
|
1045-1045
|
Benedicto IX
|
Por segunda vez. En mayo abdica para casarse, vendiendo el
pontificado por 1500 libras de oro a su sucesor.
|
1045-1046
|
Gregorio VI
|
Intentó reformar la Iglesia debido al permanente escándalo
en el que vivía, pero fue obligado a abdicar por Enrique III (Rey Alemán) por
no fiarse éste de él debido a sus prácticas simoníacas.
|
1046-4047
|
Clemente II
| |
1047-1048
|
Benedicto IX
|
Por tercera vez. Atacó Roma y fue aceptado por el clero
para evitar derramamiento de sangre. La familia de los Crescencios no lo
permitió y estalló una guerra entre las dos facciones. Al final depuesto se
retiró como Monje.
|
1048-1048
|
Dámaso II
| |
1048-1054
|
S. León IX
| |
1054-1057
|
Víctor II
| |
1057-1058
|
Esteban X (IX)
| |
1058-1060
|
Benedicto X
|
Algunos lo consideran ANTIPAPA. Depuesto por sospechas de
simonía. Después de varias guerras es derrotado.
|
1059-1061
|
Nicolás II
|
Convoca un sínodo en el que excomulga a los sacerdotes
casados que no repudiasen a sus esposas.
|
1059-1061
|
Alejandro II
| |
1058-1060
|
Honorio II
|
ANTIPAPA
|
1061-1072
|
S. Gregorio VII
|
Invistió a la Iglesia de suprema autoridad ante las
intervenciones de la nobleza en el último siglo. Su nombre era Hildebrando
Albotrandeschi. Su reforma se ha dado en llamar Reforma Gregoriana.
|
1080-1100
|
Clemente III
|
ANTIPAPA
|
1086-1087
|
Víctor III
| |
1088-1099
|
Urbano II
| |
1099-1118
|
Pascual II
| |
1100-1100
|
Teodorico
|
ANTIPAPA
|
1102-1102
|
Alberto
|
ANTIPAPA
|
1105-1111
|
Silvestre IV
|
ANTIPAPA
|
1118-1119
|
Gelasio II
| |
1119-1124
|
Calixto II
| |
1122-1122
|
Celestino II
|
ANTIPAPA
|
1124-1130
|
Honorio II
| |
1130-1143
|
Inocencio II
| |
1130-1138
|
Anacleto II
|
ANTIPAPA
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1138-1138
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Víctor IV
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ANTIPAPA
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1143-1144
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Celestino II
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1144-1155
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Lucio II
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Disuelve el Senado de Roma y se enfrenta en guerra con
Arnaldo de Brescia. En los combates es alcanzado por una piedra y muere.
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1145-1153
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Eugenio III
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1153-1154
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Anastasio IV
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1154-1159
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Adriano IV
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Único papa inglés. Permite a Enrique II apropiarse de
Irlanda en base a la falsa donación de Constantino.
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1159-1181
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Alejandro III
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1181-1185
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Lucio III
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1185-1187
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Urbano III
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1187-1187
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Gregorio VIII
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1187-1191
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Clemente III
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1191-1197
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Celestino III
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1198-1216
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Inocencio III
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Instituye la inquisición
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1216-1227
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Honorio III
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1227-1241
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Gregorio IX
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1241-1243
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Celestino IV
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1243-1254
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Inocencio IV
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1254-1261
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Alejandro IV
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1261-1264
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Urbano IV
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Fue Patriarca de Jerusalén
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1265-1268
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Clemente IV
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1272-1276
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Gregorio
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1276-1276
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Adriano V
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1276-1277
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Juan XXI
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1277-1280
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Nicolás III
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Dante lo sitúa en la Divina Comedia en el infierno
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1281-1285
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Martín IV
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1285-1287
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Honorio IV
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1288-1292
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Nicolás IV
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1294-1294
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S. Celestino V
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Dimitió
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1294-1303
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Bonifacio VIII
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Su primer acto fue mandar encarcelar al papa dimisionario anterior
hasta el día de su muerte.
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1303-1304
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Benedicto XI
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CONTROL FRANCÉS DEL PAPADO
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1305-1314
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Clemente V
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Traslada la sede del papado a Aviñón
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1316-1334
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Juan XXII
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1334-1342
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Benedicto XII
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1342-1352
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Clemente VI
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1352-1362
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Inocencio VI
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1362-1370
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Urbano V
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1370-1378
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Gregorio XI
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En 1372 traslada la sede del papado a Roma
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CISMA DE OCCIDENTE O CISMA PAPAL (Ver nota epígrafe CISMAS)
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1378-1389
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Urbano VI
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Su elección atípica provoca el cisma de Occidente
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1389-1404
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Bonifacio IX
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1404-1406
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Inocencio VIII
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1406-1415
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Gregorio XII
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Renunció al papado para acabar con el cisma de Occidente
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1379-1394
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Clemente VII
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ANTIPAPA. Cisma de Occidente Papa sede en Aviñón
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1394-1423
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Benedicto XIII
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ANTIPAPA. Cisma de Occidente Papa sede en Aviñón y
Peñíscola
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1424-1429
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Clemente VIII
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ANTIPAPA. Cisma de Occidente Papa sede en Peñíscola
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1409-1410
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Alejandro V
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ANTIPAPA. Cisma de Occidente Papa sede en Pisa
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1410-1415
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Juan XXIII
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ANTIPAPA. Depuesto. Para tapar sus escándalos le envían de
Obispo 4 años a Tusculum
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RESTAURACIÓN LINEA PAPAL OFICIAL
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1417-1431
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Martín V
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Restaurador línea oficial
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1431-1447
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Eugenio IV
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1447-1455
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Nicolás V
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1455-1458
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Calixto III
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1458-1464
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Pio II
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1464-1471
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Pablo II
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1471-1484
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Sixto IV
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Nombró en cargos eclesiásticos a más de 25 familiares.
Luchó contra los excesos de la Inquisición pero la permitió y sancionó.
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1484-1492
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Inocencio VIII
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Nombra a Tomás de Torquemada. Su papado es el del
nepotismo, llegando a nombrar Cardenal a su nieto de 13 años
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1492-1503
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Alejandro VI
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Vanozza de Catanei y Giulia Farnese eran sus amantes.
Compra el papado.
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1503-1503
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Pio III
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1503-1513
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Julio II
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Apodado el Terrible.
Enemigo de los Borgia
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1513-1521
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León X
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Arzobispo a los 8 años y cardenal a los 13. Se inicia la
reforma protestante
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1522-1523
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Adriano VI
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1523-1534
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Clemente VII
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1534-1549
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Pablo III
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Reforma la corte papal para evitar abusos. Nombró Cardenales
a dos de sus nietos. Aprueba la fundación de la Compañía de Jesús
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1550-1555
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Julio III
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1555-1555
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Marcelo II
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1555-1559
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Pablo IV
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1559-1565
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Pio IV
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1566-1572
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S. Pio V
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1572-1585
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Gregorio XIII
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1585-1590
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Sixto V
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Crea la Guardia Suiza
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1590-1590
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Urbano VII
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1590-1591
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Gregorio XIV
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1591-1591
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Inocencio IX
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1592-1605
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Clemente VIII
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Hace Cardenal a un sobrino de 15 años
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1605-1605
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León XI
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1605-1621
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Pablo V
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1621-1623
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Gregorio XV
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Establece las reglas de los Cónclaves
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1623-1644
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Urbano VIII
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1644-1655
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Inocencio X
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1655-1667
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Alejandro VII
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1667-1669
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Clemente IX
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1670-1676
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Clemente X
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1676-1689
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Inocencio XI
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1689-1691
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Alejandro VIII
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1691-1700
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Inocencio XII
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1700-1721
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Clemente XI
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1721-1724
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Inocencio XIII
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1724-1730
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Benedicto XIII
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1730-1740
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Clemente XII
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1740-1758
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Benedicto XIV
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1758-1769
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Clemente XIII
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1769-1774
|
Clemente XIV
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En 1773 firma la abolición de la Compañía de Jesús
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1775-1799
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Pio VI
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1800-1823
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Pio VII
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1823-1829
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León XII
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Condenó toda libertad y tolerancia religiosa.
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1829-1830
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Pio VIII
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Restablece a los Jesuitas.
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1830-1846
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Gregorio XVI
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1846-1878
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Pio IX
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Decretó la infalibilidad papal en el Concilio Vaticano I
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1878-1903
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León XIII
| |
1903-1914
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S. Pio X
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1914-1922
|
Benedicto XV
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1922-1939
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Pio XI
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Papa de las Encíclicas (escribió 30) y de los Concordatos.
Firma el tratado de Letrán con Mussolini
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1939-1958
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Pio XII
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Ferviente anticomunista. En contra de lo dicho en algunas
ocasiones condenó el nazismo y escribió una encíclica que en Alemania solo
pudieron leer clandestinamente.
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1958-1963
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Juan XXIII
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Llamado el papa Bueno convoca el Concilio Vaticano II
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1963-1978
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Pablo VI
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1978-1978
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Juan Pablo I
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1978-2005
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Juan Pablo II
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2005-2013
|
Benedicto XVI
| |
2013-
|
Francisco
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INFALIBILIDAD
PAPAL: Fue instituida en el año 1873 (18 de julio) en el Concilio
Vaticano I presidido por el papa de entonces PIO IX. Según las conclusiones del
mismo, en su cuarta sesión, se aprueba la constitución dogmática “Pastor
Aeternus” sobre la Iglesia de Cristo que declara el dogma de la infalibilidad
papal. Muchos lo vieron como una osadía, ya que otorgaba a un hombre la
facultad de no equivocarse, cuestión ésta que sería un atributo exclusivo de
Dios. Es un dogma declarado por la Iglesia y los católicos deben creerlo.
SIMONÍA: En
el cristianismo es el pecado que consiste en «la deliberada voluntad de
comprar o vender por un precio temporal una cosa espiritual o aneja a algo
espiritual». Incluye cargos eclesiásticos, sacramentos, etc.
R.A.E.-Compra o
venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o
temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y
beneficios eclesiásticos.
ANTIPAPA: Según la
R.A.E., un antipapa es “el hombre que no
está canónicamente elegido papa y pretende ser reconocido como tal”.
Término
exclusivo perteneciente al ámbito de la Iglesia católica con el que se designa
a la persona que, sin haber sido elevada a la silla de San Pedro como
establecen las normas del derecho canónico, usurpa la jerarquía y atribuciones
del verdadero pontífice, pretendiendo ser reconocido como tal.
Existe
cierta dificultad para establecer exactamente el número de antipapas debido a
la gran cantidad de casos y particularidades que se dieron en cada uno de los
presuntos antipapados. De hecho, por las circunstancias políticas e históricas
de cada momento, ni siquiera los contemporáneos de cada caso llegaban a saber
de forma cierta cuál de los dos lo era. La definición de antipapa no se refiere
a personas que adjuraran de la fe o por disensiones doctrinales. Por ejemplo,
el antipapa Novaciano murió martirizado en la época del Emperador Valeriano I
por no adjurar de su fe.
La
Iglesia, como no podía ser de otra forma, siempre estuvo inmersa en las
diferentes situaciones sociales, políticas y culturales de cada época, y por lo
tanto mezclada con los diferentes poderes laicos (Imperio, Monarquía, Nobleza,
familias de poder, etc.). La fortaleza del poder laico hizo que la Iglesia
tuviera que plegarse en muchas ocasiones a sus deseos, o que alguna parte de
ésta quisiera hacerlo para favorecer a determinadas facciones de poder. Eso
trajo sus consecuencias.
De
una somera revisión, podríamos decir que hubo dos clases de antipapas; primero,
aquellos que en tiempos difíciles creyeron que su elección era canónicamente
legítima, haciendo valer sus derechos de buena fe y que no tuvieron más remedio
que someterse a las decisiones de un concilio posterior. Segundo, un grupo de
obstinados religiosos que murieron convencidos de la legalidad de su elección
que en la mayoría de las ocasiones se producía con la intervención de los
poderes laicos.
Por
último, señalar que hasta bien avanzada la edad media la Iglesia no se preocupó
por establecer unas normas jurídicas y canónicas precisas que regulasen con
claridad el papel del papa y su elección.
La indulgencia no implica el perdón del pecado, lo que
ofrece es una eximición temporal de la falta cometida, la cual puede ser
terrenal o producirse en el purgatorio después de la muerte. El papa, los
cardenales y los obispos son las autoridades eclesiásticas para concederla. Se
hace a cambio del compromiso de asumir diferentes acciones o rituales por parte
de los interesados.
La indulgencia no es uno de los sacramentos de la Iglesia,
pero tiene un aspecto fundamental en su doctrina, ahora venido a menos. Aunque
parezca que es un concepto teológico secundario, jugó un papel muy importante
en acontecimientos históricos posteriores, ya que fue uno de los motivos que
llevaron a Martín Lutero al enfrentamiento con Roma.
Independientemente de los desacuerdos en la interpretación
puramente teológica, en el siglo XVI fue escandalosa la concesión de
indulgencias a cambio de dinero, llegando a causar verdadero escándalo.
LOS ESTADOS PONTIFICIOS
Se conocen como estados pontificios aquellos territorios del
centro de Italia (con capital en Roma), que desde el año 752 conformaron un
estado independiente bajo la autoridad del papa.
El primero en reconocer estas prerrogativas fue el Emperador
Justiniano I mediante la “Pragmática
Sanción de 554” en la que reconocía el derecho a los estados papales de
poseer un ejército.
Creyentes y Emperadores de la cristiandad fueron
engrandeciendo los territorios mediante donaciones a la iglesia, que fue creciendo
en extensión territorial. En el año 750, el Rey Pipino el Breve cede al papa
los terrenos que los lombardos habían conquistado al Imperio Bizantino, y lo
hace a cambio de que el papa lo sancione como rey y utilizando un documento (La
Donación de Constantino) que no era más que una burda falsificación tal y como
quedó demostrado en el año 1440 por el humanista Lorenzo Valla. Todos estos
territorios estaban dispersos por Italia y otros países, lo que concedió a los
papas poder civil y político además del religioso.
Al acabar la dinastía carolingia, Berengario II, rey de
Italia, amenaza las posesiones papales y Otón el Grande (Rey alemán) acude a la
llamada del papa, quien lo corona como emperador del sacro imperio romano
germánico en 962. Otón ratifica los privilegios territoriales papales mediante
el “Privilegium Othonis”.
Siendo papa Inocencio II, en 1143 Arnaldo de Brescia comanda
un levantamiento popular que pone en riesgo la hegemonía papal sobre los
territorios, obligando a la Iglesia a que renunciara a su poder en dichos
lugares. Roma se separa declarándose república independiente. Posteriormente, Federico
Barbarroja (Rey alemán), devuelve al papa Adriano IV el control de los estados
pontificios.
Bajo el papado de Inocencio III, los estados pontificios,
hasta entonces en el centro de Italia, se extienden al norte de ésta gracias a
la herencia que deja a la santa sede la condesa Matilde de Toscana. La lucha
contra los albigelenses hizo que se cediera a Roma la Provenza por parte de
Raimundo IV de Tolosa.
Casi todos los territorios anexionados estuvieron en poder
del papa hasta 1797, cuando los ejércitos de napoleón los invadieron, creando
la República Romana. El papa Pio VII recuperó el poder sobre los territorios en
1801, y durante el Congreso de Viena de 1815 se le restituyeron casi todas las
posesiones manteniendo la zona bajo vigilancia austriaca.
La disolución de los estados pontificios tuvo lugar en 1870,
tras la unificación italiana de Víctor Manuel II, que anexionó los territorios
romanos al naciente país. El poder del papa quedó reducido al Vaticano,
territorio en el que los papas permanecieron como “prisioneros voluntarios”
como un simbólico acto de protesta por la intervención italiana de sus
territorios.
ESTADO DEL VATICANO
Después de 59 años desde la anexión del rey de Italia, en
1929 se firma el tratado de Letrán entre el papa Pio XI y Benito Mussolini, en
los que la Iglesia reconocía la soberanía del estado italiano mientras que éste
reconocía la soberanía de ciudad del Vaticano con sus 44 hectáreas de territorio
independiente. Recomiendo leer algo sobre este Tratado de Letrán o Acuerdos
Lateranenses para saber un poco más de los compromisos que adquirían cada una
de las dos partes.
PRÓXIMO
ARTÍCULO: “Diferencias
entre las Iglesias Cristianas” y "Cismas de la Iglesia"