EL BLOG DE JAVIER

DÍA 11 DE SEPTIEMBRE DE 2013.



martes, 18 de junio de 2013


LAS PUTAS EN LA ANTIGUA ROMA

(Breve descripción)

 

En la mitología romana, “Puta” es la diosa menor de la agricultura. Según una versión, la etimología viene del latín y su significado literal es poda. Las fiestas en honor a esta diosa celebraban la poda de los árboles y durante estos días las sacerdotisas se manifestaban ejerciendo la prostitución y así honrando a la diosa.
 
Existe otra versión indicando que viene del verbo “Putare” (pensar). Los romanos hacían a los griegos esclavos cuando les vencían en la guerra. Debido a lo valorado de su cultura los utilizaban como maestros de sus hijos y a las esclavas las usaban como juguetes sexuales, por lo que pudiera tratarse de una desviación idiomática y de ahí la “calificación”.
 
El término prostitución proviene del latín “prostituere”, que significa “exhibir para la venta. Ya más relacionado con nuestro actual argot tenemos el término “Loba”, que se derivan de los ritos que se hacían en febrero en honor del Dios de los campos y los pastores; “Fauno Luperco” (lupus). Se denominaban lobas (lupas) a las que ejercían la prostitución sagrada con los sacerdotes de dicho Dios, los “Luperci”.

 
La práctica de la prostitución estaba esparcida por todo el Imperio, y tolerada por una gran cantidad de personas. En la mayoría de las ciudades romanas había prostitutas y su actividad era legal, ya que de hecho en muchos casos las autoridades la gravaban con impuestos y obligaban a inscribirse en un registro.
 
La élite cultural de la Roma Imperial tenía diferentes opiniones acerca de la prostitución. Mientras algunos la aceptaban como algo necesario, otros la rechazaban porque estaban en contra del pago por sexo o porque contravenían algunos de sus variados preceptos religiosos. Plutarco no estaba a favor de ello porque según su criterio este acto degradaba a la esposa legítima, aunque al mismo tiempo pedía a la mujer comprensión ya que al “irse de putas” lo entendía como un modo de respeto y una manera de no hacer a su esposa “víctima de sus excesos y desenfrenos sexuales. Horacio opinaba que era una forma de saciar el apetito sexual y así evitar atraer a mujeres romanas casadas. Catón, fiel vigilante de la moral y la decencia se mostraba de acuerdo en recurrir a ·estos servicios” para no verse forzado a intentar manchar a la mujer del prójimo. Así que estaban bastante aceptadas socialmente, pero tenían que llevar elementos que las diferenciaran con respecto al resto de las mujeres: túnicas de color naranja o marrón y pelucas amarillas, por ejemplo.

 
Sigamos. ¿Nos vamos de putas?, pues miremos cuánto dinero llevamos y démonos una vuelta por el barrio del “Subura”, que era algo así como un barrio chino de la actualidad donde están localizados un buen montón de “lupanae” (lupanar) donde ir. Éstos se podían localizar fácilmente aunque no supieras leer, ya que en su puerta había una aldaba en forma de “méntula” (en latín soez pene) pintado de rojo y claro, también el cartel con el nombre del establecimiento. Ya dentro, nos encontramos con diferentes habitaciones donde había carteles o dibujos con las distintas especialidades de cada “lupa” (fellatrices, cularae, etc.)…está claro ¿no? En cualquier caso luego tocaba ponerse de acuerdo en el precio, dependiendo de ello el tipo de meretriz a la que se quisiera acceder, y una vez puestos de acuerdo te daban una ficha similar a una moneda que se llamaba “Sprintia”, que era con la que se procedía al pago.



Los graffittis de estos lugares nos han dejado testimonio gráfico de información al respecto: “Éutique, griega. Dos ases. De complacientes maneras”; “Lais la chupa por dos ases”; “Yo, Élidfe, puedo contentar a tres hombre simultáneamente”; “Harprocas folló aquí estupendamente por un denario”; “Celadius el tracio hace suspirar a las chicas”; “Flonorio, semental y soldado de la séptima legión estuvo aquí”…y lo dejamos.

 
 
Y ya pasamos a describirles un resumen del tipo de prostitutas que habitaban en los burdeles, calles y tiendas del Imperio:
 
·        DELICATAE: Eran las putas de lujo a las que tenían únicamente acceso los más ricos y poderosos. Muchas veces las contrataban en exclusiva.
·        CUADRATARIAS: Justo el polo opuesto, ya que hacían el “servicio” por un cuadrante, una moneda de escaso valor.
·        FAMOSAE: Mujeres que sin necesidad alguna por su elevada posición social lo practicaban por puro placer. Sin duda la más conocida fue Valeria mesalina, esposa del Emperador Claudio.
·        LUPAE: Ejercía el “oficio” exclusivamente en los Lupanares.
·        NOCTILUCAE: Solo trabajaban por la noche.
·        COPAE: Eran las camareras de las “Cauponas” (algo así como un bar). Era una regla no escrita que si un cliente que iba a comer quería “algo más”, lo proponía y si había aceptación…
·        FORNICATRICES: Lo hacían debajo de puentes o edificios. ERl término fornix significa arco, y de esta mezcla proviene la palabra fornicar.
·        FORARIAE: Ejercían en los caminos rurales próximos a Roma y sus principales clientes eran los viajeros.
·        BUSTUARIAE: Eran prostitutas que se ofrecían en entierros y cementerios.
·        PROSTIBULAE: Lo hacían en la calle sin ningún control. Debían registrarse como Lupas y en la licencia (Licentis Stupri) debían de señalar el nombre. Edad, lugar de nacimiento y “nombre de guerra”.
 
Y ya para terminar, un par de cosas curiosillas: un ALIPILARIUS era un esclavo que en la antigua Roma se dedicaba a depilar el vello púbico de las cortesanas o prostitutas; lo hacían con una pinza (volsella) o con unas cremas depilatorias a base de resina (philotrum).

 
¡Ah!, por cierto, también existían los “gigolós”, llamados “Spadonii”, parece ser que por el tamaño de su “espada”.

 
Pues parece ser que “irse de putas” no estaba del todo mal visto, cosa que no sucedía con el adulterio (entonces, como cabría esperar, el femenino). Acostarse con una esclava no contaba ni como adulterio ni como ir de putas, ya que los esclavos eran un bien mueble.

 


Dedicado a J.D. Calvo con todo mi afecto.
    

 

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