DATOS HISTÓRICOS DE LA IGLESIA Y EL PAPADO
(Segunda Parte)
EDICTO DE MILÁN Y CONCILIO DE NICEA
EDICTO DE TESALÓNICA Y CONCILIO DE CONSTANTINOPLA
EDICTO DE MILÁN
El Edicto de Milán (Edictum Mediolanense), fue promulgado el Milán en el año 313, y por él se estableció la libertad de religión en el Imperio Romano, dando fin a las persecuciones dirigidas hacia los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I el grande y Licinio, Augustos de los imperios romanos de occidente y oriente.
En el momento de la promulgación del edicto, existían en el Imperio cerca de 1500 sedes episcopales y al menos entre 5 y 7 millones de habitantes de los que componían el imperio profesaban el cristianismo. Después de la aprobación se inició la etapa conocida por los historiadores cristianos como la Paz de la Iglesia.
El edicto o constitución impe4rial fue aprobado entre otra serie de medidas tomadas en conjunto por los emperadores romanos de oriente y occidente en junio del año 313. En el mismo se establecia lo siguiente:
"Habiendo advertido hece ya mucho tiempo que no debe ser cohibida la libertad de religión, sino que ha de permitirse al arbitrio y libertad de cada cual se ejercite en las cosas divinas conforme al parecer de su alma, hemos sancionado que, tanto todos los demás, cuanto los cristianos, conserven la fe y observancia de su secta y religión...que a los cristianos y a todos los demás se conceda libre facultad de seguir la religión que a bien tengan; a fin de que quienquiera que fuere el numen divino y celestial pueda ser propicio a nosotros y a todos los que viven bajo nuestro Imperio. As-i, pues, hemos promulgado con saludable y rectísimo criterio esta nuestra voluntad, para que a ninguno se niegue en absoluto la licencia de seguir o elegir la observancia y religión cristiana. Antes bien sea lícito a cada uno dedicar su alma a aquella religión que estimare conveniente".
El edicto de Milán despenalizó la práctica del cristianismo y mandó que se devolvieran las propiedades confiscadas por el Imperio, pero no a los particulares, sino a la sociedad cristiana, a la Iglesia. Tras el edicto se abrieron nuevas vías de expansión para los cristianos, incluyendo el derecho a competir con los paganos en el tradicional "cursus honorum" para acceder a las altas magistraturas del Estado, y también ganaron una mayor aceptación e influencia dentro de la sociedad civil en general. Se permitió la construcción de nuevas iglesias y los líderes cristianos alcanzaron una importancia decisiva.
Envalentonados por las nuevas prerrogativasconcedidas por el Emperador, los obispos católicos adoptaron unas posturas agresivas hacia otros grupos cristianos a los que consideraban heréticos -especialmente los arrianos- y empezaron a mostrar un carácter abiertamente revanchista hacia los paganos que prefirieron seguir fieles a los antiguos dioses y no aceptaron bautizarse.
Aunque el cristianismo no se convertiría en "única" religión del Imperio hasta que Teodosio así lo dispuso con la promulgación del Edicto de Tesalónica en el año 380, Constantino dio un gran poder económico a los cristianos: les concedió numerosos privilegios y exenciones fiscales, e hizo importantes donaciones a la Iglesia procedentes de lasm propiedades confiscadas a sus enemigos políticos, algunos de ellos paganos. Asímismo, apoyó la reconversión de muchos templos paganos en iglesias, y dio preferencia a los cristianos en los puestos preeminentes de la administración del Estado.
CONCILIO DE NICEA
Como resultado de las controversias que existían entre los cristianos desde mediados del siglo II y que después del edicto de Milán eran aventadas en público, frecuentemente de manera violenta, Constantino consideró que su deber como Emperador designado por Dios era acabar con los desórdenes religiosos, y convicó el Concilio de Nicea en el año 325 para, según él, terminar con los cismas doctrinales que dividían a la iglesia, especialmente el arrianismo.
El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas expuestas por Arrio, un presbítero de Alejandría. Algunos de sus discípulos y simpatizantes colaboraron en el desarrollo de esta doctrina teológica que sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo. Uno de los primeros y acaso el más importante punto del debate entre los cristianos de esa época fue el tema de la divinidad de Cristo, que tuvo su origen cuando Constantino legalizó el cristianismo. También el arrianismo es definido como aquellas enseñanzas opuestas al dogma trinitario determinado en los dos primeros concilios ecuménicos y mantenido en la actualidad por la iglesia católica, las ortodoxas orientales y la mayoría de las iglesias protestantes.
En Nicea, el emperador impuso el dogma de la Santísima Trinidad presionado por los obispos reunidos en el concilio partidarios del mismo. Uno de los priuncipales motivos de discordia entre los cristianos, aunque no el único. Por otra parte, los defensores de la iglesia católica sostienen que las bases del dogma ya se daban en la iglesia primitiva, unos 200 años antes de celebrarse el concilio. Así como la definición de "Católico", término que proviene del griego "katholikós" y que significa "universal". Varias creencias que serían luego consideradas dogmas de fe en la iglesia romana, se forjaron durante las discusiones teológicas habidas en el Concilio de Nicea.
La importancia de aquel histórico concilio residió en la confección del llamado credo niceno (redactado en griego, no en latín) que, esencialmente, permanece inmutable en su contenido casi 1700 años después de su celebración. Por otra parte, la comunión entre el Estado y la Iglesia remozada surgida del concilio, favoreció enormemente la expansión del nuevo cristianismo católico a través del Imperio con una fuerza inusitada.
Se decidió componer este credo que expresara la fe de la iglesia, y tras un proceso que incluyó la intervención del Emperador sugiriendo que se incluyera la palabra "consubstancial", se llegó a la siguiente fórmula que se conoce como el Credo de Nicea:
"Creemos en un Dios Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles"
Y un Señor Jesucristo, el hijo de Dios; engendrado como unigénito del Padre, Dios de Dios; Luz de Luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Y en el Espíritu Santo"
"A quienes digan, pues, que hubo cuando el hijo de Dios no existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra substancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a estos anatemiza la Iglesia Católica".
Los obispos se consideraron satisfechos con este credo y procedieron a firmarlo, dando así a entender que era una expresión genuina de su fe. Solo unos pocos, entre ellos Eusebio de Nicomedia, se negaron a firmarlo. Fueron condenados por la asamblea y depuestos. A esta sentencia Constantino añadió la suya, ordenando que abandonaran sus ciudades, complementando a este exilio el delito de herejía y sentando ya el precedente según el cual el Estado intervendría para asegurarla ortodoxia de la iglesia y sus miembros.
EDICTO DE TESALÓNICA
"Los Emperadores Graciano, Valentiniano y Teodosio Augustos: edicto al pueblo de la ciudad de Constantinopla"
"Es nuestra voluntad que todos los pueblos regidos por la administración de nuestra clemencia practiquen esa religión que el divino apostol Pedro transmitió a los romanos, en la medida en que la religión que introdujo se ha abierto camino hasta este día. Es evidente que esta es también la religión que profesa Dámaso, y Pedro, obispo de Alejandría, hombre de apostólica santidad; esto es que, de acuerdo con la disciplina apostólica y la doctrina evangélica debemos creer en la divinidad una del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo con igual majestad y bajo /la noción/ de la Santa Trinidad.
Ordenamos que aquellas personas que siguen esta norma tomen el nombre de cristianos católicos. Sin embargo, el resto, que consideramos dementes e insensatos, asumirán la infamia de los dogmas heréticos, sus lugares de reunión no obtendrán el nombre de iglesias y serán castigados primeramente por la divina venganza y después también por justo castigo de nuestra propioa iniciativa, que tomaremos en consonancia copn el juicio divino.
Dado el tercer día de las calendas de marzo, en Tesalónica, en el año quinto del Consulado de Graciano y del primer consulado de Teodosio Augustos."
Si el edicto de Milán es el edicto de la tolerancia hacia el cristianismo, el Edicto de Tesalónica, también conocido como "Cunctos Populos", promulgado en el 380, es el edicto de la instauración del cristianismo.
En su estructura, como en el edicto anterior, se pueden diferenciar varias partes:
- En la primera nos encontramos con el reconocimiento de Pedro como "apostol que predicó a los romanos".
- En la segunda, podemos destacar que ya en esa fecha se utilizaba la denominación "Papa" para el obispo de Roma.
- La tercera va dirigida, claramente, a los paganos y herejes, que en este caso estarían representados por los arrianos, los cuales no creen en el poder de la santísima trinidad. Por lo tanto es primordial creer en Cristo, con lo cual los cristianos catyólicos estarían dentro de la ortodoxia de la iglesia, miesntras que los demás grupos religiosos serían considerados herejes, siendo indispensable lucar contra ellos y erradicarlos.
Será Teodosio, tras este edicto, quien implante el cristianismo como religión oficial del Estado y por lo tanto todos los súbditos del Imperio deben abrazarla por Ley. A partir de Teodosio no hubo emperadores paganos, aunque esto no significa que a nivel popular se lograra erradicar el paganismo por completo. Teodosio hizo una condena total del paganismo y esto se aplicará a todo el Imperio y a todos sus habitantes, sin importar el lugar donde estos habiten. Así mismo, todos los actos paganos deberán ser denunciados y castigados, llegando al extremo de que quiernes ejecuten actos de paganismo cometen un sacrilegio, y por lo tanto un crimen de lesa majestad.
Con el Edicto de Tesalónica, el prelado de Roma va a ser predominante con respecto al resto de las iglesias apostólicas. Los obispos adquieren rangops civiles e imperiales, se modificarán todas las leyes que sean contrarias a la ortodoxia cristiana y como consecuencia la Iglesia influirá en la organización de la vida social y civil de todo el Imperio.
Se inicia un proceso de centralización de la Iglesia en Roma, que posteriormente será la caqpital de la cristiandad, condición que perdura hasta la actualidad.
CONCILIO DE CONSTANTINOPLA
El I Concilio de Constantinopla es el segundo concilio ecuménico de la Iglesia católica y fue convocado en el año 381 por el Emperador Teodosio. En concilio fue convocado con el objetivo de eliminar el arrianismo, que había tenido una amplia difusión al amparo de los emperadores Constancio y Valente. También se buscó la forma de eliminar una nueva herejía: el macedonianismo y sus seguidores llamados "pneumatómacos", que derivan del arrianismo y que negaban la consubstancialid del Espíritu Santo.
La inauguración del concilio se realizó en mayo de 381 con la presencia del Emperador y duró hasta julio de ese mismo año. El concilio no contó con la presencia del papa (¿?) Dámaso, quien no pudo asistir ni envíar representantes suyos; tampoco asistieron obispos de occidente y solo unos 150 padres conciliares de las sedes orientales estuvieron presentes.
Ocupó la presidencia Melecio de Antioquía, a cuya muerte asumió la misma gregorio de Nacianzo, recien elegido obispo de Constantinopla y confirmado como tan por el propio concilio. Poco duró la presidencia de Gregorio, que se vio obligado a renunciar a la sede constantinopolitana a causa de una serie de intrigas. En su lugar fue elegido Nectario, un viejo senador que fue bautizado y recibió seguidamente la consegración episcopal.
El documento más importante derivado del concilio es el llamdo "Símbolo niceno-constantinopolitano", que tendrá un gran influjo posterior por su utilización litúrgicaa como profesión de fe. Este símbolo parece que tiene su origen en el que se utilizaba en la iglesia de Jerusalén para la colación del bautismo, con algunas adiciones relativas al Espíritu Santo: "Señor y vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es igualmente adorado y glorificado, que habló por boca de los profetas".
Del concilio también se derivaron cuatro cánones disciplinares:
- Reafirma la fe de Nicea y condena todas las herejías, y en particular menciona a algunas de ellas, como la de los arrianos y los pneumatómacos.
- Señala los límites en los que debe ejercitarse la potestad episcopal. En concreto, establece que los obispos de una diócesis no deben ocuparse de las cuestiones de las otras.
- Afirma que "el obispo de Constantinopla, por ser esta la nueva Roma, tendrá el primado de honor, después del obispo de Roma. La Iglesia occidental rechazó siempre este canon, que originaría futuros enfrentamientos y disensiones.
- Declaraba nula la ordenación episcopal de Máximo, el intrigante colaborador de Gregorio de Nacianzo.
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